Todo el mundo desea que se acabe ya el COVID-19 y todo vuelva a la normalidad, ¿o no? Es posible que algunos salgan agradecidos por todo lo que nos ha enseñado la pandemia.
No hay duda de que la pandemia nos ha afectado profundamente: hemos perdido a mucha gente querida, cambiado nuestra forma de relacionarnos y reducido el contacto físico con la protección del “nuevo espacio vital” de 1.5 metros. Paloma Hornos nos explica en su blog Gestión Emocional cómo se clasifica el “espacio vital” que va desde la distancia íntima de 15-45 centímetros hasta la pública de 360 cm.
Pero… ¿cuáles son las cosas que aprendimos durante el COVID-19?, ¿cómo cambiará nuestra forma de vida en Guinea Ecuatorial? ¿qué cosas positivas podemos sacar de esta crisis?
En todas las crisis, siempre hay pérdidas irreparables, pero no faltan las lecciones aprendidas. A continuación exponemos lo que creemos que cambiará nuestra forma de vida para siempre… esperemos que para bien.
1. Comprar a domicilio en Malabo
Esto es algo que está a la orden del día en otros países más avanzados. En nuestro país no se había implementado con tanta intensidad, probablemente porque no se tenía la necesidad. Ahora que se ha generado la necesidad, empresas surgidas durante la pandemia como Wakasend, Rellanos Express o Sitùcka están cubriendo esta demanda que va en aumento. Ésta última además, incluyendo el servicio de compra online en Malabo con la implementación del supermercado online en Malabo.
Si no leyó nuestro último posto sobre «El Destino de las compras online en Guinea Ecuatorial«, puede leerlo en este enlace.
Todos los restaurantes se han afiliado a alguno de los servicios de entrega a domicilio implementados por las iniciativas emprendedoras anteriormente mencionadas. Así que un sábado por la tarde, de pizza y peli, sólo habría que llamar a uno de los anteriores para encargar el servicio a domicilio.
2. Mantener la higiene personal y en el hogar o espacio de trabajo
Sí, ya sabíamos que debíamos ser limpios, pero no hasta estos extremos. Ahora nos lavamos las manos cada hora. Algunos tienen puesta una alarma que les indica que toca lavarse las manos con jabón y abundante agua. Y si no están en casa, utilizan un gel desinfectante o alcohol para las manos.
El alcohol o desinfectante de manos se ha convertido en un elemento importante a la hora de salir de casa. Todos salimos pensando… ¿está el desinfectante en el bolso?
Estamos más atentos a la limpieza del espacio en el que nos movemos, desinfectando frecuentemente la mesa de trabajo, el suelo, enseres, etc. Y en última instancia organizando la limpieza y desinfección total de edificios enteros, contratando servicios de The Total Safety Company o de Raices Cleaning S.L.
3. Disfrutar del núcleo familiar y valorar las relaciones personales
Nuestra forma de relacionarnos con los demás ha cambiado. Saludar con las manos, abrazarse, o hablar de forma cercana se han convertido en acciones “no permitidas” en la nueva normalidad. No obstante, hemos aprendido a valorar las relaciones más cercanas. Quedarse en casa y disfrutar de la familia, dedicándoles tiempo de calidad, es algo que por los ajetreos laborales y personales es difícil de conseguir en un ecosistema competitivo en constante cambio.